Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de 2016

La Vega: chamos de “madera fina”.

Hace unos días mi papá me pedía escuchar “madera fina” de Yordano, nos la dedicaba a sus hijos. Me envió el enlace del video noventero, justo se estrenaba el año de mi nacimiento, 1990. La letra, la melodía, toda la pieza ¡quede encantado! la carga simbólica que adquiría  no solo por el detalle de mi papá sino porque que me trasladaba a mi actividad pastoral con mis chamos de la Vega, unos chamos de “madera fina” que me hacen seguir soñando cosas para y por Venezuela.

Venezuela: Sociedad de Papeleras. El reto de la Juventud Religiosa venezolana.

Sociedad de papeleras,  término acuñado por una religiosa en un seminario de la CONVER hace un año, este termino me interpeló  y me sigue interpelando hoy día como joven religioso. Ella definía las papeleras como: “La sociedad donde se acumulan y acumulan personas como desechos, donde se llenan papeleras con quienes son consideradas inservibles, inútiles e incapaces”.

NO ME DOY POR VENCIDO

Era viernes Santo, día de  “guayabo” [1] , de profunda interpelación para los cristianos.  Los cuestionamientos están allí, a flor de piel. ¿Hacia dónde va mi vida? ¿Cómo voy viviendo mi juventud y consagración en medio de la realidad que nos embarga como país? Es el día de los ¿Por qué? de los ¿cuándo?, de los ¿dónde?

LA NADA DEL FÚTBOL

El fútbol va más allá de 90 minutos y de dos nombres: Messi y Cristiano. El fútbol trasciende.

¡LAURA BENDITA!

La camionetica va vacía, es domingo y es muy temprano. El sol se esconde, a medida que sube la camionetica voy terminando de despertar, todavía falta para llegar a mi destino, a lo lejos veo rastros de lo que seguramente fue una “buena rumba”, mis ojos se detienen al observar una silueta femenina ¡es Laura! Laura con su mano izquierda sostiene una botella de cerveza con la otra sostiene a una pequeña niña. El sueño producto de haberme levantado temprano más la hora y media de viaje se esfuma abruptamente. Esa imagen en segundos se hizo eterna, viví un “cámara lenta”, la camionetica continua y mi mente exclamaba ¡ Que insensata es Laura!

ME DESCUBRISTE

Conversando con el hermano Felix Otaegui S.J. Cuando tenia  cuatro años mi abuela “Tata”  decidió convertirse en mi profesora de lectura. Ella me enseñó a leer. Compró un pequeño librito para las clases y todas las noches dedicaba entre media y una hora a enseñarme alguna lección, las típicas: “amo a mi mamá” “mi mamá me ama” “mimo a mi mamá” “mi mamá me mima”. Todas estas lecciones eran acompañadas por una paciencia admirable, sonrisas, anécdotas y una bebida oficial: agua con azúcar. Esta bebida sigue siendo mi acompañante a la hora de enfrentarme con mis estudios de Filosofía. Desde Wittgenstein a Zubiri, el agua de azúcar no puede faltar.