Con 21 años ingrese a la
Compañía de Jesús (Jesuitas). Elegí ser sacerdote ¡ser cura! realmente han sido
muchas las inspiraciones que Dios me ha regalado para apostar por esta opción,
pero una clave ha sido mis Padres, ellos en el 2002, trabajando en PDVSA,
siendo fiel a sus principios decidieron sumarse al paro petrolero. Si bien esta decisión, o mejor dicho las
consecuencias de la misma, no han sido nada fáciles de asumir, me ha dejado una
enseñanza: hacer lo que dicta el corazón (la conciencia) y sí hay miedo Dios
ayudará.
En mi caminar como Jesuita
me ha tocado trabajar y crecer como persona, pero sobretodo en mi fe, en
sectores populares de nuestro país, específicamente en Caracas y en
Barquisimeto; allí me he topado con personas que han apoyado -o apoyaron- este modelo de gobierno y en vez de ser un
episodio negativo en mi vida, ha sido de los más aleccionadores. El amor por lo
común: VENEZUELA, con sus cosas buenas y las no tantas, va más allá de
cualquier coyuntura política. Como Jesuita aprendí el simbolismo de “un puente”:
un puente no separa a San Félix de
Puerto Ordaz, sino que los une y en segundo lugar la vida, y mucho más en este
momento país, es una oportunidad para no pensar en los “porqué” sino en los “como”.
Esta ha sido parte de mi
historia, pero este relato no se trata de mí, sino de quienes hoy están intentando
escribir la suya.
En octubre del año pasado,
como parte de mi camino al Sacerdocio, fui destinado a Puerto Ordaz (Colegio
Loyola Gumilla) y es aquí donde he conocido la rebeldía Loyola, que no es más
que la rebeldía propia del joven venezolano que se niega a que le trunquen sus
sueños. Si hoy hay una mala noticia, yo lucharé para que sean dos buenas ¡Es
una terquedad hermosa!
A modo de anécdotas, Cuando
inicie mi etapa como profesor, si bien soy católico, en mi estaba el
pensamiento: “vamos a ver si esa ‘vaina’ del karma existe”, lo pensaba ya que
en mi Bachillerato mi conducta no fue la mejor, pero en el fondo era que no
sabía con qué/quienes me encontraría. Y No tenía ni mes y medio, luego de unos
partidos de fútbol con ellos, cuando me dicen: “Profesor le tenemos una camisa”
yo pensé será la 9, para rememorar mi etapa de goleador, y bueno sí llevaba un
9, con el añadido de un 6, y la camisa decía: el cura 69. Más allá del susto de
tener que mostrársela a uno de los padres mayores de mi comunidad, menos mal pensó
que tenía que ver con el bingo, sentí una invitación de mis chamos: ¡HAY QUE TRABAJAR JUNTOS! Hay que soñar “Yo
contigo, tu conmigo.” "necesitamos que nos acompañes en esta 'terquedad hermosa'"
Por dichas razones, estoy
junto a ellos soñando: LA SEMANA IGNACIANA, una semana donde a través de
diversas actividades los estudiantes mostraran sus talentos: música, baile,
deporte, pintura, gastronomía hasta un Stand up Comedy, porque hay que seguir
riendo. Para los que me leen de cualquier parte del país o en el exterior, en
cualquier lugar donde te encuentres esta “Terquedad hermosa” es la que mantiene
de pie, golpeada, pero de pie a Venezuela. Así que si quieres apoyarnos y saber
más de la actividad, escribe al siguiente correo: isaacdanielsj@gmail.com
Citando a Emily Dickinson:
El “para siempre” esta hecho de muchos “ahoras”.
Estamos en un “ahora” que nadie busco y que nadie quiso, pero es la realidad, es necesario darle un giro para que la apuesta sea para siempre “LA
TERQUEDAD HERMOSA.” Esa es mi apuesta. ¿Te apuntas?

Adelante. Una terqueda hermosa la tuya.
ResponderBorrarGracias por adaptarse a todas nuestras ocurrencias y ponerse con nosotros a luchar por un futuro!��
ResponderBorrarQue lindo ver como si hay gente que sigue pintando de colores murales abandonados y buscan razones para seguir haciendo las cosas bien. Gracias Isaac por creer y apoyar siempre a los Loyolas Valientes, se te recuerda y aprecia mucho!! Saludos de la promo XLVIII !! Loyola Soy y que Viva Venezuela!
ResponderBorrar-Ana Guerra.
ME APUNTO, sigamos adelante!!!
ResponderBorrarTe quiero mucho, avísame de la semana colegial, me encantaría acercarme!
Laura Ramos